sábado, 25 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
martes, 14 de septiembre de 2010
Aguante
Bloc Party
The Dead Weather
las demoras
Stephen King
los ojos
el día gris
la ansiedad
cantar
el cappuccino
los pochoclos
San Francisco
los ladridos de Zoe
Guitar Hero
malvaviscos, rocklets y gomitas
las facturas
sentarse
caminar
Desesperación
escribir
pensar
compartir
La Naranja Mecánica
viernes, 10 de septiembre de 2010
Guiding Light
No sé, no entiendo nada.
Nada de nada.
Y, siendo sincero, me encanta.
Me encanta toda esta locura en que se ha transformado mi vida.
Me hace sentir lleno.
Y si me sigo sintiendo como me siento ahora,
sinceramente espero que mi falta de cordura siga por mucho tiempo.
Soy feliz, gracias.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Caminaban.
Ellos siguieron caminando, pero caminar no era más que una excusa para compartirse el uno al otro. Iban perdidos en una calurosa conversación: hablaban de temas de vital importancia, como quién cortó con quién o escuchaste la nueva canción de Jason Mraz.
Ambos sabían que bajo esa superficie se encontraba algo más profundo. Un vínculo especial, una relación que no se da con cualquiera y que, lamentablemente, muchos se mueren sin conocer. Entre los dos había una confianza tácita, un ardor que nada tenía que ver con lo sexual, unas ganas de estar con el otro, simplemente porque eran el uno para el otro.
Y sin hacer mención a ésto, siguieron caminando.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Mapa de la problemática
Son ellos, no tengo palabras para describir cómo me hacen sentir.
Son mi razón, mi motor y mi entretenimiento.
Son mi banda favorita en el puto mundo :)
jueves, 2 de septiembre de 2010
Dar un paso
- ¿Qué pasa, muchachos?
- Discúlpenos, pero nos duele estar así.
- ¿Cuál es el problema? La verdad que no tengo nada contra ustedes.
- Lo sabemos, pero no es tan simple...
- No entiendo. Explíquenme por favor.
- Bueno, esperamos que entienda. Pero... no sabemos cómo decírselo...
- Adelante, no tengan miedo de mí.
- Está bien -se miraron entre ellos por algunos segundos, tal vez quince o veinte, no lo tenían bien en claro. Se acercaron casi a la distancia necesaria para besarse y comenzaron a hablar en voz baja, muy baja. Unos instantes después, se decidieron y comenzaron a hablar-. Esto es difícil, nos avergüenza bastante enfrentarlo a usted...
- ¿Tiene que ser un enfrentamiento? ¿acaso no puede ser una charla entre dos partes?, bueno, perdón, tres- Interrumpió.
- Sí, sí, así es. Mucho mejor.
- Vayan al grano.
- Ok, el punto es: sentimos que quedamos rezagados en relación al resto. Estamos... apartados. Y no nos gusta.
- ¿Apartados? ¿por qué dicen eso?
- Porque es lo que nos pasa. Siempre somos los "raros" del grupo. Mientras los demás están pasándola en grande, nosotros hacemos el trabajo duro, nos morimos de calor, nos salen cayos, hongos... ¡Por Dios! ¡¿Escuchó éso?! ¡HONGOS! Qué horror, qué horror, qué horror.
- Disculpen, pero es lo que le toca a cada uno.
- ¿Ah, sí? ¿Y cómo se sentiría usted si se estuviese muriendo de frío, quieto en el suelo y sin poder hacer nada más que soportar la tortura junto a un compañero? Gracias a Dios que nos tenemos el uno al otro, sino hubiera sido imposible seguir. Jefe, no lo tome como un reproche, sólo queremos que se ponga en nuestros zapatos al menos una vez. Así podrá entendernos y tal vez podamos pasarla un poco mejor. Usted, nosotros y el resto del grupo.
- Mmm... -frunció el seño en un gesto reflexivo- Está bien, me convencieron. Tienen razón, ustedes hacen mucho por mí, no sé si se llevan la peor parte, pero creo que lo que hacen es algo que no haría cualquiera, y estoy muy agradecido. A partir de ahora voy a ser más responsable y considerado con los dos, los voy a tener en cuenta, trataré de que estén siempre a gusto, porque se lo merecen. Ahora les hago una pregunta: ¿por qué esperaron tanto para decirme ésto? Quiero decir, veinte años es mucho tiempo.
- Es que siempre es difícil decirle algo importante a un superior, ¿o no? teníamos un poco de miedo.
- Chicos, saben que soy un tipo con el que se puede hablar abiertamente, no tienen porqué.
- Es verdad, y, por cierto, muchas gracias por escucharnos.
- No hay de qué, siempre es un placer satisfacer a las partes de mi cuerpo. Si no pregúntenle a... ya sabén... - instantáneamente después del chiste, los tres explotaron en risas-.
- Gracias nuevamente, jefe.
- Hasta luego, Izquierdo. Que te vaya bien, Derecho.
Así terminó la conversación, y Ezequiel se fue muy a gusto por haberse entendido con sus pies.
One Hit Wonder
Apártate, llegamos nosotros.
Los que te provocan un suspiro de indignación.
Sí, nosotros.
Los que los peinados que no deberían ser legales.
¡Sí, nosotros!
Los que hacen que tus hijas se babeen.
Claro, nosotros.
Los que somos mejores que los demás.
Exacto, nosotros.
Los de las canciones de mierda, esas que dicen "Oh sí, nena, oh sí. Tu amor es como un auto de carreras. Oh sí, nena, oh sí".
¿Qué?
¿Que quiénes pasaron de moda?
Ah, sí, nosotros.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
♥
No sé qué sería de mí si no existieras.
Le agradezco a todos los dioses al que un hombre le ha rezado por el hecho de que estés presente en este mundo, de que pueda disfrutarte ahora, mañana o cuando quiera.
Porque sé que cuando te necesite vas a estar ahí, para mí.
Me acompañás cada día, y, cuando no te tengo conmigo, te extraño de una manera casi inhumana.
Es hermoso besarte en la mañana, en la tarde y en la noche.
Me das fuerzas para empezar cada nuevo día.
Y tu calor para terminarlos...
Por eso te digo:
Café, ¡gracias por existir!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)