domingo, 15 de mayo de 2011

Abro la puerta y me engulle la noche.
Salgo al frío gentil de este mayo descorazonado
y te encuentro, pero no estás ahí.
Pienso que si la nostalgia tuviera forma,
se parecería mucho a esta noche.
Camino sobre el concreto,
pasadizo gris y oscuro,
donde lo implacable del pasado dejó su huella,
donde tantas veces anduvimos.
En este bosque de flores marchitas
me encuentro solo,
mirando entre los verdes barrotes de hoy
a la hermosa libertad que compartíamos ayer.
La fiera se hace presente.
Clava sus colmillos, agranda mi dolor,
pero, de alguna manera, es hermosa, porque es.
El cielo negro es el telón
que se corre para dejar visible la luna de asperezas.
Esa luna que era nuestra.
Doy media vuelta, vuelvo por el camino
reavivando penas, despertando dolores,
prendiendo velas.
Ante el umbral pienso, mas bien, recuerdo
que con vos esta selva tenía color,
pero con tambaleante paso avanzo,
cierro la puerta y todo, todo queda atrás.

2 comentarios: