lunes, 29 de agosto de 2011

Dos historias reales sobre la vida y el amor

-¡Mi amor! ¿Te querés casar conmigo? Ropa sucia y hambre no te van a faltar nunca.
Ignorado por la dama pero no afectado en lo más mínimo su sencilloy viril orgullo, se toma dos segundos para luego sentenciar: "A las mujeres hay que decirles la verdad".

-¿Sabés qué pasa? Mirá, yo no quiero quedar mal ni nada, pero... estoy enamorado de vos. Posta, eh. Estoy enamorado y le pregunté a todo el mundo por vos y nadie te conocía. No, pero te lo digo en serio, me fijé en vos. Incluso... incluso cuando estaba sobrio, no te estoy jodiendo... ¿cómo te llamás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario